miércoles, 9 de noviembre de 2011

MAS INFORMACION MENOS CONOCIMIENTO


Nos habla de un escritor reconocido, Nicholas Carr, y que en su juventud fue un ávido lector, hasta que descubrió la maravilla del internet. El dedicaba gran parte de su tiempo a usar los servicio non line y navegar por la red además de hacerse muy hábil en las herramientas que este medio ofrece. Haciéndose muy famosos por sus investigaciones en grandes universidades mundiales.

"Pierdo el sosiego y el hilo, empiezo a pensar qué otra cosa hacer. Me siento como si estuviese siempre arrastrando mi cerebro descentrado de vuelta al texto. La lectura profunda que solía venir naturalmente se ha convertido en un esfuerzo". Fueron sus declaraciones al percibir por si mismo que ya no leia como antes y que preferia estar en frente de un monitor haciendo clicks por minutos bastándole ello para informarse de tal o cual tema.

The Shallows: What the Internet is Doing to Our Brains y, en español, Superficiales: ¿Qué está haciendo Internet con nuestras mentes? (Taurus, 2011). Es su libro escrito a finales del 2007 donde a raíz de su retiro a una cabaña en Colorado sin móviles ni internet decide escribir este fascinante libro.

En este libro él no se muestra en contra de la era de las maquinas, por el contrario alaba las necesidades actuales de contar con los servicios (¿basicos?) que Google, Twitter, Facebook o Skype prestan a la información y a la comunicación, el compartir experiencias y conocimientos además de ser una gran herramienta en el avance de las grandes ciencias útiles para el hombre.

Los defensores del software alegan que se trata de una herramienta y que está al servicio de quien la usa y, desde luego, hay abundantes experimentos que parecen corroborarlo, siempre y cuando estas pruebas se efectúen en el campo de acción en el que los beneficios de aquella tecnología son indiscutibles: ¿quién podría negar que es un avance casi milagroso que, ahora, en pocos segundos, haciendo un pequeño clic con el ratón, un internauta recabe una información que hace pocos años le exigía semanas o meses de consultas en bibliotecas y a especialistas?. Su arma más destructiva es su facilidad y su practicidad.

El internet es una herramienta obsesivamente necesario pues se ha adaptado o lo que es peor nos hemos adaptado a su manera de informar y analizar, volviéndonos esclavos de aquellas maneras de captar informarcion, se nos hace tan atractiva la idea de manejar contenidos necesarios en menos de un minuto que el adquirir de viejas bibliotecas con decenas de libros y cientos de paginas, tan anticuada como aburrida.

No es de extrañarse leer confesiones tan sinceras como las de el profesor Joe O'Shea, filósofo de la Universidad de Florida, afirme: "Sentarse y leer un libro de cabo a rabo no tiene sentido. No es un buen uso de mi tiempo, ya que puedo tener toda la información que quiera con mayor rapidez a través de la Web. Cuando uno se vuelve un cazador experimentado en Internet, los libros son superfluos". O de la doctora Katherine Hayles, profesora de Literatura de la Universidad de Duke: "Ya no puedo conseguir que mis alumnos lean libros enteros".


CUESTIONARIO

1.-¿Es cierto que existe una distorsión en la capacidad de análisis del lector que esta atado a la información reverberante del internet? De ser positiva su respuesta, ¿cómo se produce ésta?

Según el libro de Carr, contribuye de alguna manera al desequilibrio en el análisis y más preocupante aun en la atención que se debe tener al momento de leer un libro, sea de tal o cual tipo, las deficiencias que posee la generación de hoy en cuanto a las tradicionales formar de obtención de conocimientos hacen que de alguna manera se utilice con gran eficiencia el uso de las herramientas que el internet ofrece, tales bondades logran que en un abrir y cerrar de ojos se logre obtener información en pocos minutos cuando antes se requeria de gran paciencia el escudriñar libro por libro hasta dar con el dato requerido.

El uso del internet y todas sus redes fomenta el acceso a la información por que se nos brinda de una manera muy rápida y rapidez es lo que se requiere en un mundo de avanzada donde algunas grandes urben nunca duermen, por consiguiente es un medio eficaz y no tanto eficiente en la obtención de información sea para uso necesaria o no.

Dicho de otro modo el internet brinda celeridad, más la lectura como se le conoce brinda paciencia, garantía en que la información llegara precisa, además de ser un habito muy valorado porque fomenta la capacidad de comprensión y el uso tan tradicional de este medio hace que sea siempre necesaria, imaginemos ante una catástrofe mundial, adiós agua adiós luz, que habrá en nuestro baúl? Libros.

Si antes era un placer genuino leer La madre o Cien años de soledad sentada en un mullido sofá imaginando tales escenarios cuasi épicos, ahora es casi necesaria y a la vez descarada la manera en que las célebres lecturas se nos ponen tan gélidas a través de la pantalla de un ordenador, las juventudes incomprendidas tal vez de sus nuevos hábitos y costumbres en un abrir y cerrar de ojos, o mejor dicho en un abrir y cerrar de ventanas con el copy paste incluido se les hace tan divinos como celestiales la toma de tales lecturas.

Y agárrense si pensamos que lo hemos visto todo, como quien adora una película y espera la saga completa degustado secuela a secuela esta infame revolución todavía no concluye. Por el contrario, en este incesante medio cada dia surgen nuevos retos y nuevos logros que hacen que estamos viviendo a mil por hora, o como si fuera o mismo tecleando a mil por hora,

Algunos consideran que Nicholas Carr, es un exagerado o un Nostradamus sin éxitos en sus predicciones, como ocurre siempre con los argumentos que defienden tesis controvertidas. Ahora al parecer el genero llamado ciencia ficción se nos queda chiquito en este mundo ávido de conocimientos pero conocimientos inmersos en un mundo casi perfecto donde el único costo y sin pago a plazos es la robotización humana imparable como corriendo los cien metros planos junto a Usain Bolt.

1 comentario:

Tomas Bradanovic dijo...

Buen tema. No creo que sea tan malo leer a saltos -como es costumbre ahora en Internet- tal vez mejore la literatura obligando a los escritores a mantener al lector en interés continuo. Hay libros que para mi son insoportables de leer de principio a fin -los de Proust por ejemplo- pero a la manera de Internet se leen mucho mejor.

Hace unos años, uno de los críticos literarios más famosos de USA (ya ni me acuerdo el nombre) confesó que el leía solo las solapas con el resumen de los libros, si le interesaba leía algunas partes saltándose todo lo que encontraba aburrido y solo si el libro era demasiado bueno lo leía completo. Si uno lee por gusto creo que esa es una receta muy buena.

Lo otro es que con Internet uno tiene en la casa una buiblioteca más grande que la de Alejandría, gratis y que puede usar cuando quiera, aunque casi nadie se da cuenta.